ABORDAR EL BULLIYING Y LA DISCRIMINACIÓN EN ESTUDIANTES CON DIVERSIDAD FUNCIONAL
El acoso y la discriminación son problemas graves que afectan a muchos estudiantes con diversidad funcional. Pueden ser víctimas de bullying tanto por parte de sus compañeros como de personas en el entorno escolar que no están directamente involucrados en su educación. Esto puede tener graves consecuencias para su bienestar mental y físico, así como para su rendimiento académico.
Según las estadísticas, hasta el 90% de estos alumnos sufren acoso en centros de educación ordinaria, frente a menos del 3% en centros de educación especial.
Prevenir el bullying y la discriminación en relación con los estudiantes con discapacidad es esencial para garantizar que estos estudiantes puedan tener una experiencia escolar segura y positiva. Es importante por parte del centro educativo tener un plan para abordar estos problemas de manera efectiva cuando surjan. Hay que recordar que el bullying y la discriminación son problemas complejos y multifacéticos, y no hay una solución mágica para abordarlos.
¿Cómo identificar el acoso por parte de los profesionales del centro?
- Observación: El personal escolar puede estar alerta a comportamientos que indiquen posibles problemas de bullying, como cambios repentinos en el comportamiento o en el rendimiento académico de un estudiante, o aislamiento o evitación de ciertos lugares o personas.
- Escuchar a los estudiantes: Los profesores pueden prestar atención a lo que dicen los estudiantes y estar alerta a cualquier mención de bullying o comportamientos inapropiados.
- Hacer preguntas: Los profesores pueden hacer preguntas específicas a los estudiantes sobre su experiencia escolar, incluyendo si han sido víctimas de bullying o si han presenciado situaciones de acoso.
- Utilizar encuestas: Las encuestas anónimas pueden ser una forma útil de recopilar información sobre el bullying y otros problemas en la escuela.
- Colaborar con otros profesionales: Los profesores pueden trabajar en colaboración con otros profesionales, como consejeros o trabajadores sociales, para obtener más información sobre el bullying y cómo abordarlo.
Hay que tener en cuenta que es posible que algunos estudiantes no se sientan cómodos hablando sobre el bullying, por lo que es importante estar alerta a cualquier cambio en el comportamiento o el rendimiento académico que pueda ser un indicio de que un estudiante está siendo víctima de acoso. En cualquier caso, es fundamental tratar cualquier denuncia de bullying con seriedad y llevar a cabo una investigación exhaustiva.
Plan de acción ante un caso de acoso real
Una vez se tienen sospechas ante un caso de acoso, se debe poner en marcha un plan de acción para identificar a las personas implicadas y resolver la situación:
- Tomar en serio la denuncia: Es importante tratar cualquier denuncia de bullying con seriedad y llevar a cabo una investigación exhaustiva.
- Reunir información: Recopilar información sobre el bullying, incluyendo la frecuencia, la duración, el contexto y la gravedad de los incidentes. También es importante reunir información sobre los involucrados, incluyendo a la víctima, el agresor y cualquier testigo.
- Ofrecer apoyo a la víctima: Proporcionar apoyo y recursos a la víctima, como asesoramiento o terapia, y mantener una comunicación abierta y regular con la víctima para asegurar su bienestar.
- Trabajar con el agresor: Trabajar con el agresor para abordar sus comportamientos inapropiados y prevenir futuros incidentes. Esto puede incluir sesiones de consejería o intervenciones de grupo.
- Involucrar a los padres: Mantener a los padres informados del progreso y trabajar en colaboración con ellos para abordar el problema.
- Tomar medidas disciplinarias si es necesario: Si el comportamiento del agresor no mejora después de haber recibido apoyo y intervenciones, puede ser necesario tomar medidas disciplinarias, como la suspensión o el cambio de escuela.
- Monitorear la situación: Monitorear la situación para asegurarse de que el bullying ha cesado y para intervenir de nuevo si es necesario. También es importante mantener una comunicación abierta y regular con la víctima y el agresor para asegurar su bienestar y prevenir futuros incidentes.